Desconexión de la educación formal del mundo laboral

Oportunidades de la educación no formal

Desconexión de la educación formal del mundo laboral y oportunidades de la no formal

 

No sé si por vocación, soy Pedagoga Laboral trabajando en el área de Personas, o por experiencia personal y como madre que ha vivido dentro de dos sistemas educativos públicos, pero siempre me ha llamado la atención la distancia entre dos ámbitos que deberían estás más unidos y trabajar alineados: la educación formal y el mundo laboral.

 

Fue una niña afortunada, mi propio carácter y la fantástica vocación de la mayoría de mis profesores fueron una estupenda combinación en la EGB y en el instituto. Aprendí contextualizando la información y entendiendo su utilidad.

 

 

Desgraciadamente no ha sido así para mi hijo. No siempre el paso del tiempo mejora la experiencia y los resultados. Inocente de mí, pensé que Asier disfrutaría de una etapa escolar que le hiciera construir la base de disfrutar aprendiendo, ser mejor persona y adquirir cultura. E incluso creí en un sistema público bilingüe …

 

  • ¿Para qué sirve la escuela?
  • ¿Somos conscientes de su importancia?
  • ¿Se le pide suficiente responsabilidad?
  • ¿Por qué propicia el pensamiento del “qué” pero no en el “cómo”?
  • ¿Por qué según vamos creciendo vamos perdiendo la creatividad y capacidad de asombro característica de los primeros años?
  • ¿Si la escuela favoreciera la empleabilidad dependería de un sistema económico /político determinado?
  • ¿Un sistema educativo público basado en el funcionariado es compatible con nuestro modelo económico?
  • ¿El sistema actual favorece la libertad?
  • ¿Y la igualdad de oportunidades?

 

Cada vez me surgen más dudas y tengo menos respuestas. Es un tema complejo en el que influyen distintos factores e intereses.

 

Algunas de las cuestiones que, en mi opinión, limitan nuestra evolución personal, social, medioambiental y humana tienen mucho que ver con la educación formal:

 

  • Falta de reconocimiento de la profesión de profesor. No somos lo suficientemente conscientes de la relevancia de su labor. Ponemos en sus manos un tesoro, una parte importante de la educación y socialización de nuestros hijos.
  • Falta de medios y recursos. Alta ratio de niños en el aula, escasez de profesores …
  • La profesión requiere vocación, y, en ocasiones, falla. La nota de corte para el acceso a la universidad suele ser baja y no siempre se estudia como primera opción formativa profesional.
  • Falta implicación mucho más activa de los padres en el contexto social y escolar. Además, de la dificultad de la conciliación existe otra realidad actual: pensar que nuestros hijos son perfectos. Cuando hay algún problema son los otros chavales o el profesor los responsables del mismo.
  • Sobrecarga de tareas escolares que, además, recae en los padres cuando vuelven del trabajo. A los niños les queda poco tiempo para jugar, de explorar, de descubrir como alternativa al aburrimiento.
  • Los niños van perdiendo su capacidad natural creativa que sí van a necesitar en su vida profesional. A la vez va sumando puntos el temor a equivocarse, cuando realmente son oportunidades de aprendizaje.
  • Mucha teoría, poca práctica. No se propicia el aprendizaje por descubrimiento y su aplicación.
  • Fomento de la individualidad y la competitividad frente al trabajo en equipo y la colaboración.
  • Sistema público por oposición de los profesores, prueba en un momento determinado y, aprobando, la plaza para siempre… sin exigencia de una obligatoria y adecuada formación continua. Con una valoración global de su labor (algo así como una evaluación 360º de la que formara parte: compañeros profesores, responsables escolares, padres y alumnos).
  • Quien toma las decisiones relevantes en materia de Educación no suele ser una persona con experiencia en el sector y que haya “aprehendido” la materia, para comprehender sus necesidades y proponer una eficiente gestión. Para gestionar bien hay que conocer en profundidad la temática y plantear objetivos de mejora, no de continuidad o interés político. Se piensa en el corto plazo.
  • Se trabajan hard skills (incluso faltando las del día a día: economía, emprendimiento…) desatendiendo las soft skills.
  • Existe jerarquía entre las materias, existiendo las de primer y segundo nivel. Favoreciendo a los escolares que tienen más capacidad para las primeras.
  • La educación formal no atiene a muchas de las necesidades que nos plantea la vida laboral: capacidad de adaptación, empatía, asertividad, comunicación (expresión oral y escrita – argumentación y contraargumentación…), perseverancia, capacidad para tomar decisiones, inteligencia emocional, pensamiento crítico, inquietud por el aprendizaje continuo y la investigación.
  • Sufrimos un proceso de inflación académica. Muchos títulos generan negocio y alargan la vida educativa. Si uno de los objetivos de la educación es la empleabilidad, algo está fallando.

 

Mientras la educación formal sigue estática, el mundo cambia a una gran velocidad. La esfera laboral, mucho más sensible a las exigencias económicas, requiere de personas preparadas para asumir retos.

 

 

La amplia oferta formativa que nos proporcionan consultoras y centros de formación pone a nuestra disposición un mundo lleno de posibilidades. Podemos crearnos un traje a medida en función de nuestros intereses, capacidades y adaptándonos a los requerimientos del mercado.

 

Estar al día, aprender lo que quieres, cuándo y cómo quieres o necesitas, teniendo alternativas diversas y adecuando tu tiempo y estilo de aprendizaje, es un privilegio del que podemos disfrutar.

 

Desconexión educación formal del mundo laboral

¿Qué nos puede proporcionar la formación, que la educación formal no ha asentado?

 

  • Fomenta la interacción con otras personas. La “verdad” no solo la conoce el formador. Sirve para intercambiar conocimientos y experiencias.
  • Tiene un punto de vista práctico y se orienta al learning by doing.
  • Está adaptada a intereses y capacidades con foco también en soft skills.
  • Aporta diversidad de enfoques.
  • Propicia el diálogo, el entendimiento y las dudas sobre situaciones reales.
  • El aprendizaje y la comunicación son multidireccionales.
  • Se valora la duda y se fomenta la iniciativa, el pensar diferente y la creatividad. Está orientado a la toma de decisiones.
  • Se puede acompañar de un estudio específico de necesidades y adecuación a la realidad.
  • Existe evaluación constantemente. Lo que no funciona no sirve, por lo que está en continuo cambio y mejora.
  • El impacto es directo.
  • El proceso es casi más relevante que los resultados.

 

En algún momento la educación formal cambiará, no solo de nombre, en función del partido político que gobierne. Mientras tanto, sigamos siendo conscientes de sus limitaciones, complementando nuestra formación y la de nuestros hij@s en habilidades, valores y actitudes.

 

 

Por:

Carmen Moreno Responsable de RR.HH.

 

Un comentario en «Desconexión de la educación formal del mundo laboral»

  • Enhorabuena por tu artículo Carmen, lo comparto al 100%, seguro que las ideas expuestas ayudarían al desarrollo de las personas y procurarían una sociedad más equitativa y feliz !

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